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jueves, 8 de septiembre de 2011

Nuestro viajes a Cerdeña en Agosto

Hola Boris!

Nos ha encantado nuestro viaje a Cerdeña!!

Te cuento... El primer día llegamos a casa de la familia Perra y fueron muy agradables con nosotros pero como sabes por mi culpa llegamos tarde, por lo que solo pudimos estar una noche. La familia encantadora, un ambiente muy familiar y acogedor... A la mañana siguiente nos fuimos hacia Sorso por lo que nos perdimos las bonitas playas que nos dijeron que había por allí....

Al llegar a Sorso nos recibió Giovanni en su preciosa casa, habitación preciosa y amplia, una terraza con unas vistas muy agradables y una decoración muy bonita!
Visitamos Castelsardo, nos gustó cenar en una pizzeria que nos recomendaron, fuimos a varias playas cercanas muy bonitas y también a Alghero donde dimos un paseo muy agradable y cenamos, muy parecido a Barcelona!!

El único problema fue que una madrugada mi novio se puso muy enfermo del oído y nos tuvimos que ir a Sassari a urgencias, difícil de encontrar, por lo que no se pudo bañar el resto de los días... una mala suerte!!

Lo que mas nos ha gustado con diferencia es el alojamiento de Oliena, Agriturismo Guthiddai, un paisaje impresionante, rodeado de montañas, unas villas preciosas con un huerto y un jardín maravilloso. Creo que es importante destacarlo, ademas de la amabilidad de las personas que lo regentaban... en resumen IMPRESIONANTE!
La pena es que no pudimos ir a Cala Gonone en barco porque como te he dicho mi novio no podía mojarse el oído, se que nos perdimos algo precioso pero aun así descubrimos playas y descansamos en nuestra preciosa casa. Estos días fueron de desconexión total.... yo me hice amiga de una gatita pequeña salvaje que vivía allí y a la que llame Bruna!! Los tres días de estancia me los pasé jugando con ella.... de hecho al irnos nos dijeron que antes esa gata era muy salvaje y desconfiada pero que desde que yo estaba con ella la había amansado!!

Cenamos en el pueblo de Nuoro en un restaurante que ahora mismo no recuerdo como se llama, pero que estaba muy bien, terraza agradable todo pintado de blanco...

Con mucha pena nos fuimos hacia Cagliari, en donde el alojamiento estaba también bien, pero sobretodo la terraza en la que desayunábamos!
Dimos paseos por Cagliari, sin parar de comer helados riquísimos!! Visitamos Villasimius y fuimos a una playa preciosa, Maria Pintau, el color del agua era impresionante!!

Otro día nos fuimos a Chia, en donde la playa era muy bonita con las vistas de la torre!!

Cosas para destacar de nuestro viaje....
La comida!! Riquísima!! La cena típica sarda nos encantó, muy contundente.... el pan típico (carasau) sardo fue casi nuestro vicio!! Lo comíamos todo el tiempo, tan fino, crujiente y aceitoso... una maravilla! Sin olvidarnos de los pasteles de almendras que desayunábamos.....deliciosos!

La gente muy amable y siempre dispuesta a ayudar....la forma de conducir!! una locura para nosotros!!!!

Los interminables escalones de la gruta de Neptuno... Finalmente mereció la pena verlo..pero la subida....ufffff!!!!
Una playa que si no me equivoco se llamaba la Pelosa... preciosa!!
En fin...un viaje muy bonito!!

La única pega que podemos poner es la distancia que teníamos que recorrer en coche de un sitio a otro... sé que fuimos 2 días menos de lo que habíamos planeado pero tuvimos la sensación de estar mucho tiempo en el coche... quizá conocer todo era muy difícil porque la isla es grande! Y nos quedamos sin conocer muchos sitios que nos habrían gustado, pero por no estar mas en el coche no lo hicimos.... eso es lo único que te puedo decir como critica constructiva Boris... lo demás fenomenal...

Durante este viaje he estado leyendo un libro escrito sobre Cerdeña, La Acabadora....por lo que me ha encantado leer las costumbres antiguas de Cerdeña mientras me encontraba allí!!

Te adjunto alguna foto: aquí!

Un millón de gracias por todo, vuestra amabilidad y atención continua!!

Espero que volvamos a estar en contacto!!

Un saludo

Lucia

Cerdeña: Unas vacaciones muy, muy sentidas.

Diario de viaje de Lluis y Maria

Acostarse en un lugar del mundo para cerrar los ojos y abrazarse al descanso y darte cuenta cuando los abres que te has despertado en otro bien distinto siempre tiene algo de mágico, y además sabe a vacaciones.

Vacaciones en Cerdeña suena a serie televisiva de sobremesa pero también suena a gente cálida y amable, interminables playas de un azul turquesa durante todo un año imaginadas, pero sin duda reales, al sabor de los antipasti preparados con todo el cuidado y el cariño por sencillos y eficaces profesionales. Decir Cerdeña es decir hospitalidad y brisa, agua y reposo y un poquito de aventura.


Alghero

El pasado día 16 de agosto y de la mano de Zágara Travel nos despertamos en Riola Sardo, en el Hotel Lucrezia en la zona de Oristano.


costa de Alghero

Antes de seguir, desde estas modestas líneas nuestro recuerdo para Claudia, Paolo y el resto de los encargados de este original hotel, al que llegábamos todos los días renegridos por el sol de las excursiones, invariablemente sedientos y cansados. El hotel se convertía entonces en todo un oasis de descanso y atenciones. Su paz en medio del jardín nos aislaba de todo y todos. Afuera se quedaba el mundo. Dentro nosotros y el encanto de los entornos naturalmente encantadores.


Mari Ermi

Durante cinco días, recorrimos las playas de Is Arutas, Mari Ermi, Putzu Idu. El Alguer (hay que ir), los Agroturismos de la zona al atardecer, el misterioso pueblo de San Salvatore y esa entrañable ciudad hecha de callejuelas imposibles y bellas de Oristano.


Isola

Mención honorífica merece la Isola di Male di Ventre, en la que para acceder uno se embarca sin saber muy bien que va a encontrar acompañado de un par de paninis y algún refresco y acaba al llegar en mitad sirena mitad Neptuno deseando que ese día nunca acabe. La belleza agreste y azul de esa isla es magnifica. Y su salvaje paisaje sorprende al mas recalcitrante urbanista (sobre todo cuando sientes dentro del agua limpia y fría como un témpano como te dan bocaditos en las piernas los confiados peces).


costa de Alghero


Isola

Durante los dos días restantes (lamentablemente únicamente disponíamos de una semana de vacaciones) disfrutamos de la capital Cagliari. Dormíamos en el B&B Kastrum. Peculiar pernocta en la zona alta de la ciudad a espaldas de la catedral y dentro de la zona amurallada. Estar en casa y allí, toda una. La nevera era patrimonio de la Humanidad, al igual que su terraza desde donde los tejados nocturnos de Cagliari nos iluminaron en una rara sensación de dominar el mundo. Excelente Michele, buen anfitrión y discreto dueño de un precioso edificio totalmente rehabilitado en un lugar de privilegio. Pasear por la zona de Marina y el puerto, un tranquilo remanso de olores, y colores, mezclados con gentes de lo mas variopintas. Las terrazas, un placer, y el atardecer en San Remi y su interminable bajada una prueba de fortaleza gemelar.

Cagliari

Lluis Miquel i Maria Rosa, dos alicantinos viajeros dan las gracias a Zágara por haberles permitido descubrir Cerdenya. Ya en el aeropuerto, antes de embarcar en el avión, de regreso, no pude evitar que una lágrima se quedara para siempre en Cerdenya.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Un paseo por Cerdeña


Salimos de Barcelona el 30 de julio con un día gris y lluvioso con rumbo a Cagliari. Al aterrizar, la lluvia ha quedado atrás y hace una tarde estupenda. Recogemos las maletas y nos dirigimos al parking de coches de alquiler para recoger nuestros coches. Tras el habitual “tetris” para meter las maletas y optimizar espacio (no es fácil cuando viaja tanta chica junta!) nos ponemos en camino a nuestro primer alojamiento, Casa Anneda en Sinai, muy cerquita de Cagliari. Ya en este breve trayecto somos conscientes que la conducción no va a ser sencilla… ;-)


Casa Anneda esta situada en una callecita estrecha y tiene un gran portón de madera. Aparcamos en los alrededores y esperamos a que la Signora Laura acuda para abrirnos. La sorpresa es que nada más pasar el portón hay un patio estupendo con un porche y un limonero! La casa esta muy bonita, se ve que han tratado de conservarla en muy buen estado pero sin renunciar a las comodidades ya que todos los baños están muy bien equipados. Nos cambiamos de ropa y nos vamos a Cagliari a dar un paseo y cenar.

Cagliari nos gusta, tiene mucho ambiente, se nota que es una ciudad con puerto con todo lo que ello conlleva. Aunque algunas de las calles se ven algo descuidadas nos sorprende la animación en la calle, la cantidad de bares y restaurantes. Dejamos el coche cerca del castillo desde donde la vista es estupenda, una buena panorámica de la ciudad. Desde alli vamos bajando hacia la zona más céntrica y nos decidimos a tomar contacto con la gastronomía del lugar: culurgiones...






Un sol resplandeciente nos saca de la cama y el olor a café nos lleva hasta la cocina comedor de la casa donde tenemos la mesa dispuesta para un buen desayuno: hay que coger fuerzas, nos espera la playa! Toallas, crema solar, sombrillas… cuando todo está cargado en los coches ponemos rumbo a la zona este de Cagliari. Nos han recomendado la playa de Solanas y hacía allí que nos vamos. La jornada de playa está a punto de truncarse cuando en una de las innumerables curvas de la carretera de la costa uno de nuestros coches pincha una rueda! El coche que nos sigue para al momento y se ponen manos a la obra para ayudarnos a cambiar la rueda. La verdad es que cualquier agradecimiento es poco, ya que con un coche que no es tuyo, en esa carretera tan estrecha con el tráfico propio de un domingo de pleno verano y el calor, fueron super amables en pararse y ayudarnos tantísimo. En menos de 30 minutos la rueda estaba cambiada y de nuevo en camino, la verdad es que nos han salvado la vida. En un momento llegamos a nuestro destino, una cala bastante grande con el agua preciosa donde nos dejamos caer para disfrutar del sol y el paisaje. Ya por la tarde, decidimos seguir rumbo a Villasimius, un pueblito costero bastante animado y lleno de tiendas donde al final decidimos quedarnos a cenar.



El lunes amanece un día igual de radiante y tras visitar un taller en el pueblo (gracias de nuevo a la Signora Laura por sus gestiones!) nos encaminamos a nueva jornada de playa con el compromiso de volver antes de las siete a Sinai para que nos puedan cambiar la rueda. Con lo amable que ha sido Carlo, no podemos hacer menos. Ponemos rumbo al oeste de Cagliari, hacia la zona de Teulada. Nuestra idea original era ir a la zona de Chia pero al ser una zona llena de resorts y hoteles, el acceso a la playa es más complicado. Pagamos el pato de no calcular las distancias y tras un buen rato de coche obtenemos una recompensa: la playa de Tramatzu! Una preciosa cala de arena blanca y finísima y un mar que parece una piscina de lo calmado y limpio que se ve. Hay pececitos en la orilla! Nos cuesta arrancar de alli… Cambiamos la rueda y tras una ducha decidimos marcharnos de nuevo a Cagliari para cenar en La Grotta de Marcello: unas pizzas muy buenas!



A la mañana siguiente nos despedimos de Casa Anedda y cambiamos a una nueva zona de la isla. Nuestro próximo alojamiento se encuentra en el este de Cerdeña, cerca de Oliena, en una zona realmente agreste pero muy bonita de paisaje. Llegamos a Guthiddai a la hora de comer y Antonella nos recibe y enseña nuestras habitaciones. Nos encanta el sitio! Es un sitio precioso con todas esas flores y los edificios encalados! Nos hacen el favor de prepararnos una comida fría a base de embutido, ensaladas, aceitunas, fruta y cerveza Ichnusa que nos sienta de maravilla. Se impone un rato de relax…



Ya duchadas y descansadas nos acercamos a Cala Gonone para poder concertar el alquiler de una embarcación que nos recorra la zona del Golfo de Orosei. Como para el día siguiente todo está completo lo reservamos para el siguiente. Que ganas! Para aprovechar el resto de la tarde, decidimos irnos a cenar a Orosei, que no queda demasiado lejos, aunque con estas carreteras las distancias son muy relativas. El pueblo está majillo, se empieza a animar cuando cae el sol con puestos de artesanía. Pero bueno, a estas alturas ya sabemos que el fuerte de la isla no son sus pueblos, no tan bien conservados como querrían. En uno de ellos nos recomiendan un restaurante que resulta ser una buena elección para tomar pescado fresco.

Amanecemos tras nuestra primera noche en Guthiddai y tras desayunar, nos encaminamos a Cala Cortae, una calita pequeña, menos espectacular que las que hemos visto hasta ahora pero tranquila y agradable. Aprovechamos que tiene un chiringuito para comer alli un panini caldo que nos sabe a gloria. Ummm… parece que el tiempo quiere estropearnos la tarde. Recogemos las cosas porque se empieza a nublar y a ponerse algo desagradable. Pasamos por nuestro alojamiento para quitarnos arena y decidimos dedicar el resto de la tarde a visitar Orgosolo, pueblo curioso donde los haya. Nuestro gps vuelve a hacer de las suyas y nos manda por la carretera antigua, y aunque el paisaje es precioso, no lo vamos a negar, no nos hubiera importado ahorrarnos todas esas curvas.





Hay que reconocer que lo que menos te esperas en esa zona y cuando entras en el pueblo es la cantidad de murales que adornan las calles. La verdad es que son un contraste tremendo con los señores tomando algo a la fresca en la calles, las mujeres con sus moños todas de negro… Un sitio realmente curioso! Cenamos en Oliena, comentando que tenemos la sensación y certeza de estar en la zona de la isla más cerrada, la Cerdeña más profunda, hay un gran contraste entre la cosat y los pueblos interiores que hemos recorrido. Nos metimos en la cama rezando para que las nubes se abrieran y pudiéramos disfrutar de un estupendo día de mar.

Y nuestros deseos fueron escuchados porque amanece un día estupendo. Madrugamos para llegar al puerto de Cala Gonone a la hora convenida y ya el sol aprieta de lo lindo. Con algo de retraso llega Roberto con nuestro gomone y una vez instaladas nos disponemos a pasar el día de cala en cala. Es espectacular, la costa en esta zona es preciosa, con todas esas rocas y acantilados, pequeñas calitas y grutas escondidas. Recorremos todo el golfo entrando en grutas y viendo las calas para parar a darnos el primer baño en Cala Goloritze.



El color del agua es difícil de describir. Volvemos sobre nuestros pasos para parar un rato en Cala Gabbiani y nuevamente en Cala Mariolu. Justo a la hora de comer el cielo se nubla ofreciendo un aspecto imponente con todas esas nubes agarradas a las montañas, pero poco propicio para nuestros fines… Aún así, algunas intrépidas se lanzan al agua para sumergirse en las Piscinas de Venus. Nuevamente a bordo volvemos hasta Cala Luna en la que de nuevo el sol hace acto de presencia y el mar recupera ese color tan bonito que nos tiene cautivadas. Una parte del grupo vamos hasta la gruta del Bue Marino mientras dejamos al resto disfrutando en la arena. Un último baño todas juntas antes de llegar a puerto y una cena estupenda en Cala Gonone ponen el broche final a una jornada maravillosa.






Nuestra siguiente jornada nos hace cambiar del este al oeste, a Oristano. Tras un par de vueltas por el pueblo y unas cuantas preguntas conseguimos llegar al agriturismo S’Omu. Allí nos recibe Mara, encantadora, que nos enseña la casa y nuestras habitaciones. Como todos los sitios que hemos visitado, la casa esta muy arreglada pero conservando todo su sabor antiguo. Nos cambiamos de ropa y siguiendo indicaciones de Mara, nos vamos a comer a Oristano a un pequeño sitio llamado La Torre que nos encanta. Desde ahí subimos hasta Bosa que nos encantó, un pueblo de pescadores con casitas de colores y balcones de reja con mucho ambiente y encanto.





De camino a casa, volvemos por la costa justo a tiempo de ver la puesta de sol en la playa de Tharros. Cansadas pero contentas, nos encaminamos a cenar a nuestro alojamiento. La cena fue estupenda, muy abundante y muy rico todo. La verdad es que no pudimos con todo: había demasiado y todo estaba rico! Bernadette es muy buena cocinera! Acabamos degustando mirto y dulces de almendra en el porche antes de irnos a dormir, el día ha sido largo y estamos muertas.

En nuestro último día en la isla no quisimos pasar apenas tiempo en el coche y bien pronto por la mañana cargamos los bártulos de la playa y en veinte minutos estamos disfrutando de la preciosa playa de Maimoni. La arena de quarzo, el agua transparente, muy poca gente… La verdad es que fue una jornada muy agradable, disfrutando de la playa, del agua, paseando. Comemos en la misma playa, en el único local que había, Maimoni Slow Food, que resulta ser un descubrimiento, con su terraza cubierta, buena comida y unos dueños muy atentos. Un helado y de vuelta a la toalla: bufff… qué pereza más rica! Pero hay que volver, toca hacer la maleta para el día siguiente y apurar la última noche. De nuevo Mara nos recomienda un restaurante en Oristano, La Grotta, y algunos sitios para tomar algo después y allí que nos vamos. Un buen punto y final para nuestro viaje.



Al día siguiente no queda mas que dejar Oristano rumbo a Cagliari para devolver los coches, y ya, con pena, volar de regreso a España.